28 de junio de 2011

Un camino.

Un camino nuevo se plantea para los aficionados del Millonario, River Plate, que por primera vez en la historia ha descendido de categoría y el próximo año jugará en la B Nacional.


Como era de esperar, fue todo muy trágico... Penales fallados, errores arbitrales, lágrimas, villanos y héroes... En este caso, los héroes fueron los humildes, Belgrano... El coqueto equipo de Córdoba se enfrentó al todopoderoso para arrebatarlo de su plaza de inmortal en Primera y nada más y nada menos que en su casa, su templo, su Monumental de Núñez.

La caída de River ha sido enorme, desde lo más alto del fútbol argentino, desde donde lleva instalado toda la vida, cayó estrepitosamente en tres años hasta que, como capítulo final, Belgrano le dio el beso de la muerte... Pero esta caída no era inesperada y mucho menos negativa o no debería serlo.

La crisis económica del fútbol argento va mucho más allá de lo que nosotros creemos por crisis aquí en el fútbol español. Aquí la Segunda B se muere mientras que allí el más grande de todos los tiempo, ya murió. El poder político vendió las presidencias de los mayores clubes a los primeros buscadores de fortunas que llamaran a la puerta, desmontando de un plumazo todo el patriotismo futbolero argentino y borrando cualquier atisbo de amor por un club.

Dichos mercenarios del balón, de los cuales en España sabemos mucho, vendieron todos los bienes muebles e inmuebles que los clubes guardaban centenariamente, consiguiendo inflar sus bolsillos y vaciar las arcas de los clubes a espaldas de los ojos del aficionado... Mediante la firma de jugadores que no pertenecían a ningún club y si a alguna empresa que malversa fondos y vendiendo los mismos a otras empresas de la misma calaña, todas ellas dirigidas por estos mismos pseudo-presidentes loperianos.

Con lo cual se llegó a descubrir cierto día que no hay un peso en la cajita.

Ahora cuando no queda nada y el club ha llegado a su momento histórico más bajo, ahora, es cuando deben aparecer los de verdad y volver a redireccionar al equipo de Buenos Aires a la senda histórica que le corresponde.

Se puede empezar por nutriste de canteranos, que allí los fabrican buenos, aunque últimamente tampoco están en su mejor momento, ya que equipos como Banfield han sido capaces de arrebatarle al Millonario chicos de la reserva. Pero aún así, River tiene corazón en el pueblo, que sigue latiendo y los Ocampos y Díaz pueden ser el futuro que se necesita.

Matías Almeyda será el entrenador, hombre de la casa y futbolista inteligente, creo que estará capacitado para liderar a una nave que debe formarse con jugadores de la B, sin caer en el tópico que hundió a otros como Rosario, que sigue sin sacar la cabeza.

Debe hacerse un nuevo camino, con calma y mucha cabeza... Ya no queda nada por perder, el honor queda para los vencedores y ahora River, debe sentirse equipo y formarse como tal antes de poder llegar a ser un equipo ganador como fue en otra época.

Personalmente, como aficionado a San Lorenzo, la caída de River no me apenó... Pero cuando me imaginé que mi Ciclón se iba a llevar todo un año sin pisar el Monumental... Desee volver a verlo en la A.

Vuelve gallina, vuelve viejo, vuelve River.

Jesús Verdugo.
Twitter.com   @Verdu8

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