23 de enero de 2012

Que no se nos olvide.



Durante nuestra vida vamos pasando por buenos y malos momentos, eso nos toca a todos, de los cuales debemos aprender para así con las experiencias adquiridas poder ir a más siempre en función de las ganas que tengamos de mejorar. Aún así, aunque guardemos todos los buenos momentos de nuestra vida en la cajita de recuerdos de nuestra cabeza, puede que cuando el cuerpo vaya perdiendo la frescura en los años postreros, la memoria en forma de enemiga nos juegue una mala pasada, y es que el Alzheimer no conoce recuerdo.

Es una pena vivir pensando que alguna vez puedas olvidar todo lo que te mantiene aquí y todo por lo que has luchado toda una vida. Es duro saber afrontar una vida así, aunque a veces, nosotros mismos somos capaces de olvidar en apenas unos días todo lo bueno que nos han aportado los demás, sacando lo peor de nosotros mismos o incluso dándole la espalda a quién nos dio las mayores alegrías... Sin necesidad de ninguna enfermedad.


Sino que alguien me explique quién le enseñó al Real Madrid a no saber afrontar una derrota con toda naturalidad o quien olvidó de que pasta estamos hechos los que vestimos de blanco en Chamartín, que cuando nos caemos solo vemos el momento de levantarnos.

O que alguien me explique qué y cómo han desaprendido los jugadores del Xerez en esta semana para con los mismos mimbres hacer dos obras tan diferentes. Una llena de entrega y personalidad y la otra, la de ayer, vacía de sentido y compromiso.

Podemos hablar también del Villarreal, que en un año ha olvidado o ya no sabe como recordar que la pelota es la que guía su fútbol y no la patata caliente que debo endosarle a mi prójimo para así no sufrir yo mayor castigo de la afición.

Cómo puede un árbitro dejar de ser quién era en apenas unas semanas, como Mateu Lahoz, que de convertirse en un árbitro ejemplar por su virtud de dejar jugar se ha convertido en su propio enemigo, preso de ego. Saber aceptar alabanzas es más difícil que saber aceptar las críticas. Dejar jugar se ha convertido en dejar de pitar y ahora no hay quien le diga que esto no es así. Ya no sabe quién es. 

Que difícil es recordar o que fácil es olvidar quién nos ha guiado a las alturas... Si no que se lo pregunten a Fabri González, que tras subir en dos años al Granada de 2ªB a 1ª, le han puesto la mano en el costado y lo han echado. Han sido los mismos que alababan su verdad y compromiso. El equipo está 17º para ser un recién ascendido... Que fácil nos olvidamos de donde venimos... No solo eso, sino que ahora es Abel Resino, que ha fracaso en uno y cada uno de los banquillos que habitó el que se dispone a cubrir ese asiento aún caliente de Los Cármenes.

Y así todos los días... Y no sólo en el deporte, está claro... En la vida.

Nosotros somos los primeros, que xerecistas somos cuando ganamos y que poco xerecistas son ellos, los jugadores, cuando perdemos.

Que no se nos olvide.


Jesús Verdugo.
@_Gambeta.