25 de julio de 2011

Indigno.

Muchos amamos este deporte, la mayoría también ha soñado alguna vez con ser un gran jugador, parecernos a Zinedine Zidane o tal vez, ser su compañero... Recibir sus pases, anotar el gol decisivo, hacer una pared con Leo Messi, sacarla bajo la línea en un disparo de Cristiano Ronaldo... A fin de cuentas, nos encanta esto y nos hubiésemos dejado la piel por ser una figura más.

Pero no todos hemos tenido la posibilidad, mejor dicho, la grandísima mayoría de los amantes al noble deporte no ha podido por condiciones técnicas unos, otros físicas y otros por posibilidad o ayuda... No hemos podido, me incluyo, ser profesional, ya no digo estrella, sino dedicarnos a lo que más nos gusta.


Son algunos los elegidos, los encargados de llevar en el pecho el escudo de tanto, que sufren por unos colores, algunos con más y otros con menos honor y raza, pero a fin de cuenta, son unos privilegiados. No todos nacen con esa estrella, de nacer con el don de la pelota y destinados desde pequeños a figuras.

Hay muchos que trabajan, día y noche, con esfuerzo y sufrimiento por ser lo que sueñan, no solo en el fútbol, en cualquier profesión y que consiguen llegar a serlo. Ejemplos, a fin de cuentas.

Por eso no entenderé jamás y me parece bochornoso el comportamiento de algunos jugadores que ganan miles de millones.
Mario Balotelli es el ejemplo del mal profesional, gente como él son los culpables de mala imagen del fútbol, son el deshonor de este deporte.

Muchos sueñan llegar y llegan, nunca me olvidaré de César Jiménez, jugador del Real Zaragoza que en su primer año en Primera sufrió una desafortunada entrada de Luis Figo, que lo retiró prematuramente del fútbol, con el que había soñado toda su vida y en el cual llegó a ser conocido... Pero todo se fue, muy efímero.

Gente como el italiano no son necesarios, no son una buena imagen para los más pequeños, la educación no se aprende en un campo ni con una pelota, por eso siempre es más importante ser persona que jugador, al menos hay que saber ponerse un peto... Digo yo. Con todos sus millones jamás comprará humildad y eso es algo que se tiene o no se tiene, como su calidad futbolística. 

Para ser como Balotelli, prefiero ser aficionado.


Jesús Verdugo
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