23 de abril de 2012

Enemigos íntimos. O no tanto...

Para desgracia del fútbol, el deporte rey y la política van estrechamente unidos. No siempre, pero si bastante. Y es que de dicha unión van naciendo vínculos mediante los cuales los dirigentes tanto políticos como futbolísticos (no logro sacar diferencias entre ambos) lucran sus bolsillos e instituciones... Pero esto no viene de ahora.

Durante toda la historia hemos visto como de la pelota han ido saliendo hilos para que los que tejen en las altas esferas puedan manejar a sus títeres, ya seamos el pueblo como un todo o los aficionados en plano específico.

En nuestro país tenemos históricos ejemplos de ello. En la época fascista el Real Madrid fue catalogado como el equipo del régimen. Hasta hoy llegan los cantos de sirena del supuesto beneficio que sacaba tanto a nivel nacional como internacional de portar la bandera de España por medio mundo... Aunque luego la sala de trofeos del Barcelona engordase más en el ámbito liguero por esos tiempos... Pero cuando el río suena agua lleva.


En Italia tenemos a Silvio Berlusconi, dueño de Italia y del Milan, a partes iguales... Tomando claro ejemplo de su padrino, Benito Mussolini, que obligó a la selección italiana del momento a ganar la Copa del Mundo en casa, para evitar que les fuese a suceder algo.

Y es que en otros tiempos el fútbol ha sido la mejor campaña publicitaria para un régimen o gobierno. Además de estos ejemplos tenemos al Schalke alemán, que en sus años de gloria fue usado por el Führer para demostrar el potencial ario, siendo un equipo minero y creado por las clases más bajas. Dicho apoyo acabó al descubrir que la plantilla la formaban ciudadanos de origen polaco.

También tenemos la Argentina del 78, que en plena dictadura militar ganó la Copa del Mundo para el regocijo de su dictador,mientras que el pueblo se mordía las uñas al canto de "Matador Matador"... 

Así pasando por la Rumanía de Ceaușescu, la Guerra de las Malvinas, las amenazas a los jugadores de Irán... 

Es una auténtica vergüenza que el fútbol tenga que depender de este tipo de cosas para poder subsistir, pero es ciertamente así.


Pero lo peor no son todos esos casos en las épocas militares en tiempo de entreguerras... Sino que ahora tenemos que tragarnos como en el palco del Santiago Bernabéu tengan cabida toda la patraña instalada en Génova, como desde el Camp Nou dicen ser la bandera de Cataluña, alejando del club a los miles de millones de culés que no son catalanes... O escala reducida... Como nos fumamos las promesas de alcaldes/as que prometen ayudar al club de nuestra ciudad para acabar matando el fútbol base... 

Esto sigue pasando... Y va a más. 

Mientras tanto el pueblo se come las uñas, mirando el partido por la TV, claro.



La gambeta de Diego // Jesús Verdugo 
@_Gambeta // @LeVerd8