26 de abril de 2011

Todo tiene un fin.


El Getafe cambia de manos, después de más de 8 años, Ángel Torres abandona la nave azulona a final de este año. Un grupo árabe, con petrodólares, se hace dueño y cargo del club y de su historia. 

No hay nada que se le pueda achacar al bueno del presidente, ha hecho todo lo posible durante y después de su mandato, ya que para su salida y venta, ha firmado clausulas tales como mantener el nombre actual de club, mantener los colores históricos del equipo, no alterar su escudo y sobre todo y lo más importante, asegurar la continuidad de los más de 100 puestos de trabajo que rodean el funcionamiento del Getafe, continuar con la Fundación y cantera del mismo, que ya empieza a dar resultado.


No se le puede pedir más, está claro. Pero había que vender. Era mucho capital arriesgado y muy poca la ayuda y el reconocimiento. Dice que si, que le ha merecido tanto y tanto la pena, pero viéndolo desde fuera, me cuesta mucho creerlo. No conozco a un aficionado del Getafe, que haya salido en algún medio, animando a los suyos a seguir y apoyar a su equipo... Los habrá, claro está, pero los menos. 

Ha liquidado con intereses a todos los inversores y pagado todas las nóminas, todo está listo, así se debe hacer, un poco por aquí y un poco por allí y se acabó, se va.

Pero antes quiere dejar al equipo en 1ª División y no solo eso, sino con un proyecto encaminado para los nuevos gerentes, escasos en ideas de fútbol y es aquí, donde Ángel tiene la mayor importancia y el mayor trabajo tal vez de su mandato. El llegó al club, para salvarlo, como comenté en un artículo anterior, pero la existencia del Getafe de 2012 en adelante es una incognita muy difícil de saber. 

Los inversores orientales o americanos son el futuro del fútbol, es más, ya es toda una realidad. En la Premier lo llevamos viéndolo unos años y este año en nuestro fútbol ha irrumpido este fenómeno. A primera vista me parece todo un éxito, ya que es una manera brillante de sanear los clubes de nuestra liga y por ende, la Liga, pero no todo es color de rosas.

El Málaga puede ser un ejemplo, el jeque sigue al frente y su inversión es visible, tal vez no haya tenido tiempo para demostrar todo su proyecto, es normal, pero al parecer todo va funcionando institucionalmente desde la exóticas llegada de los mismo. Pero por otro lado nos encontramos el Circo Ali Syed, que desde Santander nos ha dado muchas alegrías en forma de imágenes curiosas, pero que no paga a sus jugadores y no solo eso, sino que lleva varios días sin aparecer por la ciudad y se le espera con ansia, para la venta del club a un grupo de Bahréin.

El petroleo se acaba, el dinero debe seguir corriendo y el fútbol es una buena válvula de escape, en particular nuestra liga, que por eso es la mejor. Pero solo espero que cuando se venda un club, no se le venda el corazón, eso, que lo dejen en la ciudad.

Temo por el fútbol, desapariciones, cambios de ciudad, de identidad y todo tal cual lo entendemos, pero no temo que caiga económicamente, eso, tal vez, sea la solución. 

                                                                                            Jesús Verdugo
                                                                                  Twitter.com     @Verdu8

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